Publicado por Enrique Roja(ESPN): martes, 17
de junio de 2008 ORLANDO, Florida.
-- "El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo". Sin misterios, sin rodeos, directo y preciso, cruel y claro, así comienza el gran colombiano Gabriel García Márquez su célebre novela Crónica de una muerte anunciada.
Pese a que todos en el pueblo de Manaure estaban enterados de que los hermanos Vicario matarían a Nasar para vengar el honor de su hermana Ángela, nadie hizo nada por alertar a la víctima.
Willie Randolph será sustituido por Jerry Manuel (AP)"El día que lo iban a despedir Willie Randolph se acostó a las 5:30 de la mañana para esperar a Omar Minaya", así podríamos comenzar resumiendo los últimos momentos de Randolph como manager de los Mets de Nueva York.
Todo el mundo sabía que Randolph sería despedido y hasta conocíamos de su sustituto momentáneo, lo que nadie se imaginó es que Minaya dejaría que Randolph tomara un avión de Nueva York a Los Ángeles el domingo en la noche para darle la noticia 24 horas después en la costa oeste del país.
Y justamente después de una victoria 9-6 ante los Angelinos de Los Ángeles, que fue su segundo triunfo seguido, y el tercero en los últimos cuatro partidos.
¿Si ya la decisión estaba tomada y no importaban los resultados de los partidos del día a día, entonces por qué no despidieron al pobre tipo el domingo en la noche y le evitaron esos dos pesados viajes (el de ida por la preocupación ante su situación laboral y el de regreso por haber perdido uno de los trabajos más deseados del mundo)?
Todos los que estaban en el avión que llevó a los Mets a Los Ángeles sabían que Randolph tenía boleto de ida solamente. Lo sabían todos los periodistas que acompañan al equipo y hasta los que nunca han estado cerca de un estadio de béisbol.
Justo o injusto, Randolph ya no es más el mánager de los Mets y su alta nómina de $137,9 millones de dólares.
Los argumentos en su contra son que no pudo llevar el club de Queens al próximo nivel y empeoró cada día desde que el club estuvo a ley de una entrada para pasar a la Serie Mundial en el 2006, a perder una clasificación a los playoffs en el 2007 y luego al actual estado de bochorno este año.
A su favor se podría decir que sus peloteros no rindieron como se esperaba, que algunos llegaron viejos y lesionados, que otros no se han desarrollado como se proyectó, etc.
La realidad es que sin importar los detalles, en la gran pintura los Mets no han respondido a la gran inversión de sus actuales propietarios.
El mánager ahora es Jerry Manuel, quien al igual que Randolph es afroamericano e irónicamente también es discípulo de Gandhi (por aquello de sus teorías pacifistas para manejar la jauría de leones que supone un equipo de Grandes Ligas).
Si Manuel logra hacer despertar el equipo y meterlo a la postemporada, entonces el gerente general Minaya sería considerado como un genio, un preclaro, un artista de la lectura del futuro.
¿Pero y si los Mets se meten en otra mala racha? Si el bullpen sigue desperdiciando partidos en las últimas dos entradas. Si algunos bateadores no mejoran su producción. ¿Y si
Moisés Alou y
Orlando Hernández nunca regresan?
El gerente general dominicano sabe lo que pasará, los periodistas saben lo que vendría, todos podemos oler la sangre de los que morirían para saldar la cuenta.
Como en la novela de García Márquez, los Wilpon (Fred, el dueño, y Jeff, el jefe de operaciones) se convertirían en los hermanos Vicario y sedientos de sangre saldrían a buscar a Santiago Nasar (alias Minaya) para limpiar el honor de la organización.
"La mayoría de quienes pudieron hacer algo para impedir el crimen, y sin embargo no lo hicieron, se consolaron con el pretexto de que los asuntos de honor son sagrados". De esta forma explica García Márquez el porqué nadie advirtió a Nasar que los gemelos Vicario lo buscaban para matarlo.
Nadie advirtió a Randolph y nadie advertirá a Minaya.
